El estrés es el modo de un cuerpo de reaccionar a un desafío. También lo podemos definir como el estado psico-orgánico producido por el desfasaje entre el potencial de la persona y el desafío que necesita enfrentar. De acuerdo con el evento estresante, la manera del cuerpo a responder al estrés es mediante el sistema nervioso simpático de activación, que da lugar a la respuesta de lucha o huida. Debido a que el cuerpo no puede mantener este estado durante largos períodos de tiempo, el sistema parasimpático tiene tendencia a hacer regresar al cuerpo a condiciones fisiológicas más normales.
El estrés en sí no es algo negativo. Sin él seríamos más vulnerables, menos fuertes y no conseguiríamos esa dosis de agresividad necesaria para crear, producir o resolver situaciones.

Lo malo es el exceso de estrés o falta de gestión sobre él. Pero si reforzamos nuestra estructura (física, emocional y mental), tenemos más y mejores condiciones, no solamente para atenuar el impacto negativo del estrés, si no muy por el contrario, utilizándolo como herramienta de fortalecimiento y superación personal.
Con técnicas respiratorias, entrenando y desarrollando inteligencia corporal, con ejercicios de relajación, practicando mindfulness y meditación, contamos con poderosas herramientas para ello. Y así como los periodos de crisis también suelen ser de oportunidades, los momentos de estrés, bien administrados y resueltos a tiempo, nos hacen crecer, personal y profesionalmente.
¿Qué tal empezar a conocer y utilizar todo ese potencial que está en vos?
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